El domingo por la noche, después de llegar del mitin de Dos Hermanas, me fui para Chipiona. Unas semanas antes, su Alcalde, Manolo García, en nombre de la asociación de mariscadores de corrales Jarife, me había invitado a pasar una noche comprobando el arte del marisqueo tradicional o pesca a pie. Tras ponernos la indumentaria apropiada, nos adentramos en los corrales. Empezamos con el sol fuera y terminamos más allá de las 11.30 de la noche, pescando con linternas.
Tengo que felicitar a la Asociación Jarife por la labor tan importante que desarrollan. No sólo cuidan y mantiene los corrales sino que también se encargan del control y regulación de la pesca a pie, la realización de estudios anuales para el control de capturas o la organización de visitas a los corrales de los centros escolares locales, las visitas guiadas de turistas o la creación de la figura del voluntariado medioambiental. La experiencia fue muy gratificante y merece la pena apostar por este arte de pesca y por el mantenimiento de los corrales, un patrimonio marítimo con un alto valor ecológico. Tengo que recordar que en los años 80 la tradición del mariscar se encontró en grave riesgo de quedar relegada, cuando los corrales fueron abandonados por los que entonces eran los legítimos propietarios y estuvieron a punto de desaparecer. La asociación ha conseguido preservar este elemento nacional de nuestro patrimonio histórico y recuperar el marisqueo tradicional o pesca a pie dentro de marco regulador de la actividad pesquera. Felicidades Jarife.
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