miércoles, 7 de enero de 2009

SE ACABARON LAS FIESTAS.


Cuando llega la tarde del 6 de enero, tengo la misma sensación que el domingo por la tarde. Algo acaba y toca organizar y prepararse para el día siguiente. El reloj vuelve a cobrar todo su protagonismo, ya no se puede dejar nada para luego, porque ese luego está aún más lleno de cosas. Me encanta a principios de diciembre poner los adornos de Navidad, las casas se vuelven más alegres, más acogedoras y más familiares. Pero cuando llega la tarde del 6 de enero toca recoger, guardar. A eso me dediqué ayer después de compartir el almuerzo de reyes con la familia. Ahora toca esperar un año para volver a ver esas figuritas del belén, los adornos del árbol, los farolitos de las ventanas, el Papa Noel de rincón, las guirnaldas de las puertas. Espero volver a sacarlos en las próximas navidades. Antes nos queda un año por delante, que estoy segura de que si nos lo proponemos va a ser un año estupendo. Ojala sea así.

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