Hoy comenta el abogado Gustavo García en el periódico El Público, refiriéndose a los exterminios del franquismo que “Nuestro país es diferente de lo que hubiera podido ser sin el exterminio. A España no sólo le faltan las mejores cabezas pensantes, sino que vivimos 40 años de terror absoluto”.
Avelina era una chica de veintitantos años cuando la mataron. Todo el mundo que la conoció dice de ella que tenía una mente privilegiada, un gran poder de convicción y comunicación. Pero la mataron, así que no podemos saber hasta donde podía haber desarrollado toda su inteligencia.
Tengo documentación sobre los asesinatos de sus hermanos, y una ligera idea de como pudo ser los últimos momentos de vida de Carmen, su hermana de dieciséis años. Pero no sabía como habían matado a Avelina. Hasta anoche. Un señor, se me acercó para comentarme si yo sabía que les había ocurrido a mis tíos abuelos. Le dije que sí. Empezamos a hablar y de momento me trasladó la admiración de su familia por Avelina. Dijo cosas que yo sabía, pero de prontó comentó: “pobre chica, el chivatazo que dio su novio pensando que así ella no se marcharía”. Al parecer Avelina le contó, al chico con el que empezaba a salir, que se tenía que ir porque habían matado a sus hermanos y la buscaban a ella, que mientras se iba a esconder en la casa de su padrino en la Sierra de San Cristóbal. Pero “su amor” delató donde estaba escondida. Dicen que cuando le pegaron los tiros, Avelina ya tenía hecha la maleta. Estaba a punto de marcharse. Y se marchó…… para siempre.
Avelina era una chica de veintitantos años cuando la mataron. Todo el mundo que la conoció dice de ella que tenía una mente privilegiada, un gran poder de convicción y comunicación. Pero la mataron, así que no podemos saber hasta donde podía haber desarrollado toda su inteligencia.
Tengo documentación sobre los asesinatos de sus hermanos, y una ligera idea de como pudo ser los últimos momentos de vida de Carmen, su hermana de dieciséis años. Pero no sabía como habían matado a Avelina. Hasta anoche. Un señor, se me acercó para comentarme si yo sabía que les había ocurrido a mis tíos abuelos. Le dije que sí. Empezamos a hablar y de momento me trasladó la admiración de su familia por Avelina. Dijo cosas que yo sabía, pero de prontó comentó: “pobre chica, el chivatazo que dio su novio pensando que así ella no se marcharía”. Al parecer Avelina le contó, al chico con el que empezaba a salir, que se tenía que ir porque habían matado a sus hermanos y la buscaban a ella, que mientras se iba a esconder en la casa de su padrino en la Sierra de San Cristóbal. Pero “su amor” delató donde estaba escondida. Dicen que cuando le pegaron los tiros, Avelina ya tenía hecha la maleta. Estaba a punto de marcharse. Y se marchó…… para siempre.
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