Como andaluza, no puedo dejar de pasar la oportunidad de desmitificar mitos o tópicos del pasado que desvirtuan claramente la realidad actual y el momento que vive la Comunidad Autónoma Andaluza y poner en valor las excenlencias de una tierra emprendedora, dinámica, vanguardista, solidarias.
Andalucía y también Extremadura comparten la singularidad de la estructura del empleo agrario. Las 2/3 partes de los jornaleros son asalariados, son jornaleros sin tierras, que tienen que trabajar en las tierras de otros. Por eso en 1984 el Gobierno socialista de Felipe González, establece un desempleo para ellos, el llamado subsidio agrario como forma de garantizar una seguridad en ese trabajo de peonadas para cuando el jornalero no esté trabajando y por el cual el jornalero tiene que pagar una cotización mensual. Junto a este se establece el llamado Plan de Empleo Rural (PER) por la que la Administración pública financian inversiones en el medio rural con la condición de que gran parte de la mano de obra contratada fuera para trabajadores agrarios eventuales. Además servía para dotar de infraestructura básica a los municipios rurales hoy en día esa inversión esta posibilitando la creación de que genera empleo estable y fomente el tejido empresarial andaluz y extremeño. Y también junto a ello nace el Programa de Formación Ocupacional Rural para los trabajadores agrario eventuales se formen en una actividad distinta a la agrícola.
Estas medidas fueron todo un acierto para las zonas rurales de Andalucía y Extremadura, porque se logró aumentar los niveles de renta de la población rural y con ello se le devolvió la dignidad a los trabajadores eventuales agrarios, porque se consiguió asentar población en los territorios rurales, que de otro modo se hubieran marchado, se consiguió la subsistencia de la agricultura y la actividad en el campo, que de otra forma hubiera sido insostenible vivir de ella, se llevó la modernización y la infraestructura a miles de pueblos y con ello se evito crear zonas marginales. Pero las medidas siguen teniendo vigencia y son muy positivas en
Además y esto es bastante desconocido, fue la forma de que la mujer rural tuviera un acceso a un empleo y a una renta, porque el subsidio y el per en adalucía y extremadura tiene rostro de mujer, la actividad de jornaleras se ha ido feminizando y en mi comunidad el 62% de los trabajadores eventuales agrarios son mujeres.
A los jornaleros y jornaleras no se les regala nada, tienen que trabajar un mínimo de peonadas, tienen que pagar mensualmente una cotización que les lleva a asegurarse un mínimo de subsidio cuando no tienen trabajo. Dependen de las inclemencias del tiempo, de la estacionalidad de que una cosecha no se pierda. Aquí no hay ningún privilegio. Lo poco que ganan es con su esfuerzo y su trabajo.
Andalucía y también Extremadura comparten la singularidad de la estructura del empleo agrario. Las 2/3 partes de los jornaleros son asalariados, son jornaleros sin tierras, que tienen que trabajar en las tierras de otros. Por eso en 1984 el Gobierno socialista de Felipe González, establece un desempleo para ellos, el llamado subsidio agrario como forma de garantizar una seguridad en ese trabajo de peonadas para cuando el jornalero no esté trabajando y por el cual el jornalero tiene que pagar una cotización mensual. Junto a este se establece el llamado Plan de Empleo Rural (PER) por la que la Administración pública financian inversiones en el medio rural con la condición de que gran parte de la mano de obra contratada fuera para trabajadores agrarios eventuales. Además servía para dotar de infraestructura básica a los municipios rurales hoy en día esa inversión esta posibilitando la creación de que genera empleo estable y fomente el tejido empresarial andaluz y extremeño. Y también junto a ello nace el Programa de Formación Ocupacional Rural para los trabajadores agrario eventuales se formen en una actividad distinta a la agrícola.
Estas medidas fueron todo un acierto para las zonas rurales de Andalucía y Extremadura, porque se logró aumentar los niveles de renta de la población rural y con ello se le devolvió la dignidad a los trabajadores eventuales agrarios, porque se consiguió asentar población en los territorios rurales, que de otro modo se hubieran marchado, se consiguió la subsistencia de la agricultura y la actividad en el campo, que de otra forma hubiera sido insostenible vivir de ella, se llevó la modernización y la infraestructura a miles de pueblos y con ello se evito crear zonas marginales. Pero las medidas siguen teniendo vigencia y son muy positivas en
Además y esto es bastante desconocido, fue la forma de que la mujer rural tuviera un acceso a un empleo y a una renta, porque el subsidio y el per en adalucía y extremadura tiene rostro de mujer, la actividad de jornaleras se ha ido feminizando y en mi comunidad el 62% de los trabajadores eventuales agrarios son mujeres.
A los jornaleros y jornaleras no se les regala nada, tienen que trabajar un mínimo de peonadas, tienen que pagar mensualmente una cotización que les lleva a asegurarse un mínimo de subsidio cuando no tienen trabajo. Dependen de las inclemencias del tiempo, de la estacionalidad de que una cosecha no se pierda. Aquí no hay ningún privilegio. Lo poco que ganan es con su esfuerzo y su trabajo.
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