TRES HOMBRES, TRES DESTINOS.

Pepe Griñán, Ramón Jáuregui y Eduardo Madina. Tres nombres protagonistas de la semana, todos por el mismo motivo cambio en su puesto político, aunque con distintos destinos: Griñán ha sido elegido por el Comité Director del PSOE como candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía. Ramón Jáuregui, será europarlamentario y Eduardo Madina pasará a ocupar el puesto de Secretario General del Grupo Parlamentario Socialista. Hoy haré mi particular homenaje a Griñán.

JOSÉ ANTONIO GRIÑAN.

Pepe constituye en sí mismo un valor. Le conocí en el año 2000 en el Congreso, y guardo algunos de sus discursos de aquella época que están en plena vigencia y que resumen perfectamente su forma de ser y su personalidad política y sobre todo la concepción que tiene de la política como instrumento transformador para mejorar las cosas. Los jóvenes diputados aprendimos mucho de él y siempre seguíamos con gran interés sus intervenciones. En estos días he repasado alguno de ellos y hoy quiero compartirlo desde mi blog.

En un debate de los Presupuestos Generales dijo: “Las hipótesis se pueden cambiar con voluntad política, es decir con proyectos, con programas, con actuaciones políticas que pueden cambiar el signo de los acontecimientos”.

En otro debate comentó: “Los mensajes catastrofistas no deben tener cabida ninguna en la medida en que no son realistas, no en la medida en que nos gusten o no nos gusten, sino cuando no son coherentes con la propia realidad".

También salió en defensa de los andaluces, cuando el Gobierno del PP dijo que el subsidio agrario se había creado para superar la indolencia de los andaluces. A esto Griñán espetó: "Señor ministro, le pido que se despoje de sus prejuicios y que, por lo tanto, viaje a Andalucía y vea de verdad lo que somos los andaluces. Somos gente que con nuestro trabajo hemos contribuido al desarrollo de Europa y al desarrollo del Estado del bienestar".

Con respecto a la discriminación de la mujer en el mercado de trabajo, en una se sus intervenciones comentó: “No es un problema por el que haya que apelar a la conciencia, es un problema político que debe tener y encontrar respuestas políticas”.

Sus intervenciones también reflejan su buen carácter y su buen humor. Al Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales le dijo: “como estamos en el Gobierno y oposición, en el queso gruyére, usted ve el queso y yo veré los agujeros”.

Una pregunta al Gobierno del PP en la sesión de control la inició de la siguiente forma: “Decía un personaje de Woody Allen, señora presidenta, que cada vez que oía la música de Wagner le entraban ganas de invadir Polonia. Si esto le pasara a todo el mundo, que por fortuna no le pasa, habría que concluir, señor Aparicio, que últimamente terminan ustedes los Consejos de Ministros a los sones de Wagner, porque hay que ver cómo salen ustedes de La Moncloa: ¡Qué embestidas! ¡Qué forma de envolverse en la bandera de España! ¡Que manera de disparar contra todos los oponentes: rectores, estudiantes, inmigrantes, obispos, jueces, desempleados, sindicatos, socialistas...! Todos terminamos siendo acusados de desleales o de antiespañoles”.