BOLONIA Y LA EUROPA DE LOS ESTUDIANTES

Si hemos conseguido la unión de 27 países en un espacio económico común también era necesario trabajar por una Unión Universitaria Europea. La identidad europea no se consigue sólo con la moneda única o con la armonización de las políticas fiscales, por poner otro ejemplo.

La Europa de los Trabajadores también es de los Estudiantes. Conseguir una Educación Superior de calidad en todas las Universidades Europeas es el principal objetivo que trata de conseguir el PROCESO DE BOLONIA. Y que esa educación de calidad sea igualmente accesible para todos los estudiantes que quieran formarse en ella, sin que su origen social o económico pueda suponer nunca un obstáculo.

Una Declaración como esta, que ha sido firmada por 46 países europeos supone, a mi entender, una oportunidad de que la titulación obtenida en las Universidades de cualquiera de estos 46 países sean reconocidas y válidas en todos los demás, tanto desde el punto de vista académico como para el ejercicio de cualquier profesión. Supone, además, la posibilidad de comenzar los estudios universitarios en un país y continuarlos en otro o en otros y la posibilidad de continuar estudios en otro título de la misma rama de conocimiento. La estructura de los nuevos grados permitirá a los alumnos cambiar a otra titulación de la misma Rama del Conocimiento, una vez superados los primeros 60 créditos. Con ello los estudiantes tendrán la posibilidad de continuar estudios en otro título y modificar su opción inicial en función de la vocación, formación y experiencia adquirida durante ese primer periodo.

Los socialistas estamos seguros de que el proceso de Bolonia tiene un marcado carácter social, porque entre sus fundamentos están precisamente el garantizar el acceso igualitario de los ciudadanos a la educación superior, eliminando los obstáculos que puedan existir por razones económicas o de cualquier otro tipo y el impulsar el aumento de becas y el reconocimiento de estudios. Y su objetivo principal es conseguir una formación que haga posible que los titulados universitarios tengan unas perspectivas reales de iniciar una vida profesional, independientemente de la titulación realizada.

Estoy segura de que el Gobierno se reafirma de esta manera en su más firme compromiso con la UNIVERSIDAD PÚBLICA Y DE CALIDAD.