Ayer estaba visitando una barriada rural de mi provincia que ha sufrido daños como consecuencia de un temporal de lluvias. Durante el recorrido llamé a una compañera para pedirle que fijara una fecha para visitar unas obras. Esta compañera, cargo público de una administración local y provincial me comentó que había dedicado la mañana a quedarse en casa para preparar varias intervenciones para el pleno que tenía por la tarde en su Ayuntamiento. En el transcurso de la conversación me dijo, “que vergüenza lo del Congreso de ayer, había muy pocos diputados y uno del PP se despistó”. Le contesté: “estoy convencida de que el 95% de los diputados y diputadas estaban trabajando. Tú estás en tu casa esta mañana y estás trabajando, ¿verdad?”
La prensa dice que el Hemiciclo está más vacío desde que las sesiones de control son por la mañana. Pero eso no quiere decir que los diputados y diputadas no estemos trabajando. Y quiero poner mi ejemplo de ese día.
Llegué a mi despacho del Congreso a las 8.30, leí la prensa de mi provincia por Internet. A las 09.00 acudí a la sesión de control al Gobierno. En el tiempo que estuve sentada mi escaño tuve: una llamada de un Consejero de la Junta de Andalucía que me pedía dos enmiendas a Presupuestos. Me llamó una radio de mi provincia, necesitaba unas declaraciones. Recibo otra llamada, esta vez una alcaldesa, “por favor habla con el Director General del Libro y dile…..” Un diputado se acerca a mi escaño, me dice que tiene una reunión en su despacho con un diputado de CIU, quieren pactar una enmienda para una de las muchas comisiones que hay por la tarde y que después tiene que preparar su intervención. Otros diputados salen porque les han citado en un Ministerio para ver algunas iniciativas que se debaten por la tarde en otra comisión. Tres compañeras quedan fuera del Hemiciclo, porque tienen que consensuar la lista de comparecientes de una subcomisión…
Seguimos: me llama mi secretaria para que salga del Pleno, debo firmar una documentación que hay que registrar urgente. Cuando volvía al Hemiciclo salían la Ministra de Fomento y el diputado Salvador de la Encina, aprovechamos la ocasión para pedirle a la Ministra que estudie una iniciativa que nos parece de interés para la provincia. De camino me encuentro con la Ministra de Defensa, necesito que me aclarare algo que quería saber el periodista de radio que me había llamado antes… Así el resto del día, hasta las ocho de la tarde que me marché del despacho sin haber parado un segundo.
En el taxi que me llevaba al aeropuerto, respondí a las llamadas perdidas. Una era del presidente de una asociación de automóviles. Un asesor parlamentario me llamaba para darme una información. Otra compañera concejala me pedía criterios para un debate de violencia de género. Un alcalde me llamó para que le buscara una reunión en el Ministerio de Industria… La última llamada la recibí, entrando en el avión, eran más de las diez de la noche y la directora de la Voz de Cádiz quería que hiciera unas declaraciones.
En el aeropuerto me encontré con diputados que son portavoces de comisiones, me dijeron durante el fin de semana tendrían que revisar las más de 1.500 enmiendas a los Presupuestos que hay en algunas de esas comisiones. Tienen que estudiarlas, leer los criterios del Gobierno, argumentar la aceptación o el rechazo de las mismas, buscar apoyos parlamentarios para la votación y preparar la intervención.
Ese trabajo no lo harán en el Hemiciclo, ni siquiera en el Congreso. Nuestro trabajo no sólo es estar sentados en el escaño, es mucho más. Esa es la realidad y la parte que no se ve.
La prensa dice que el Hemiciclo está más vacío desde que las sesiones de control son por la mañana. Pero eso no quiere decir que los diputados y diputadas no estemos trabajando. Y quiero poner mi ejemplo de ese día.
Llegué a mi despacho del Congreso a las 8.30, leí la prensa de mi provincia por Internet. A las 09.00 acudí a la sesión de control al Gobierno. En el tiempo que estuve sentada mi escaño tuve: una llamada de un Consejero de la Junta de Andalucía que me pedía dos enmiendas a Presupuestos. Me llamó una radio de mi provincia, necesitaba unas declaraciones. Recibo otra llamada, esta vez una alcaldesa, “por favor habla con el Director General del Libro y dile…..” Un diputado se acerca a mi escaño, me dice que tiene una reunión en su despacho con un diputado de CIU, quieren pactar una enmienda para una de las muchas comisiones que hay por la tarde y que después tiene que preparar su intervención. Otros diputados salen porque les han citado en un Ministerio para ver algunas iniciativas que se debaten por la tarde en otra comisión. Tres compañeras quedan fuera del Hemiciclo, porque tienen que consensuar la lista de comparecientes de una subcomisión…
Seguimos: me llama mi secretaria para que salga del Pleno, debo firmar una documentación que hay que registrar urgente. Cuando volvía al Hemiciclo salían la Ministra de Fomento y el diputado Salvador de la Encina, aprovechamos la ocasión para pedirle a la Ministra que estudie una iniciativa que nos parece de interés para la provincia. De camino me encuentro con la Ministra de Defensa, necesito que me aclarare algo que quería saber el periodista de radio que me había llamado antes… Así el resto del día, hasta las ocho de la tarde que me marché del despacho sin haber parado un segundo.
En el taxi que me llevaba al aeropuerto, respondí a las llamadas perdidas. Una era del presidente de una asociación de automóviles. Un asesor parlamentario me llamaba para darme una información. Otra compañera concejala me pedía criterios para un debate de violencia de género. Un alcalde me llamó para que le buscara una reunión en el Ministerio de Industria… La última llamada la recibí, entrando en el avión, eran más de las diez de la noche y la directora de la Voz de Cádiz quería que hiciera unas declaraciones.
En el aeropuerto me encontré con diputados que son portavoces de comisiones, me dijeron durante el fin de semana tendrían que revisar las más de 1.500 enmiendas a los Presupuestos que hay en algunas de esas comisiones. Tienen que estudiarlas, leer los criterios del Gobierno, argumentar la aceptación o el rechazo de las mismas, buscar apoyos parlamentarios para la votación y preparar la intervención.
Ese trabajo no lo harán en el Hemiciclo, ni siquiera en el Congreso. Nuestro trabajo no sólo es estar sentados en el escaño, es mucho más. Esa es la realidad y la parte que no se ve.
2 comentarios:
LO QUE ES SEGURO ES QUE A TI SIEMPRE TE VEMOS EN EL ESCAÑO. SALVADOR DE LA ENCINA Y TU TENEIS FAMA DE TRABAJAR MUCHO. PERO LOS DEMAS DE LA PROVINCIA DE CADIZ SE LES VE POCO EL TRABAJO QUE HACEN.
Es un lujo tenerte como diputada en Madrid. Eres trabajadora y buena gestora. Un abrazo desde Cádiz. Sigue asi
Publicar un comentario